En tres meses, la estadounidense entregó al Fisco chileno US$ 376 millones, la mitad de lo que aportó en todo 2022. Medido por tonelada de carbonato de litio, entre enero y marzo de 2023 Albemarle pagó incluso más que SQM. Corfo explica el alza de ese monto, seis veces más que en igual lapso de 2022, por "un aumento significativo en sus precios promedios de venta".
El año pasado, el balance estuvo por lejos a favor de SQM. Según Corfo, la empresa chilena pagó en total US$ 3.069 millones al organismo estatal por el arrendamiento de sus pertenencias en el salar de Atacama, desde donde extrae litio y tiene un contrato hasta 2030. Albemarle, según informó Corfo, pagó US$ 777 millones en ese mismo año. Así, el monto que pagó Albemarle fue el 25% de lo que reportó SQM a la agencia estatal. Pero la producción era, proporcionalmente, aún más distinta: SQM declaró ventas por 158 mil toneladas de carbonato de litio el año pasado, mientras Albemarle llegó a 53 mil toneladas. Un 33%. Esa desproporción entre venta y pago de regalías fue explicado en su momento por Albemarle y Corfo con la misma argumentación: el canon de arrendamiento está fijado en base a los precios de venta y no a la producción. "La proporcionalidad de las rentas pagadas a Corfo van en función de la venta de productos y no de la producción, por lo tanto, es relevante indicar que esa proporcionalidad es un factor que depende, exclusivamente, de los precios promedios en que las empresas venden sus productos a sus clientes finales", explica Corfo a Pulso.
Pero la ecuación se invirtió este año, a favor de la estadounidense, según las cifras que oficialmente entró Corfo. Albemarle sigue produciendo el equivalente a un tercio de lo que vende SQM, que tiene más hectáreas en explotación que su competidora en el mayor yacimiento de litio de salmueras del mundo. La estadounidense vendió 12.800 toneladas entre enero y marzo de 2023, versus las 37.400 de SQM. Un 34%. Pero ahora pagó a Corfo más de la mitad de lo que pagó SQM: US$ 376 millones de Albemarle, contra los US$ 670 millones de SQM (ver infografía). En total, un 56%. Con una aritmética simple, mientras Albemarle retribuyó a Corfo casi US$ 30 mil por cada tonelada vendida, SQM entregó al Fisco US$ 18 mil. Según la renegociación de contratos de 2018, ambas empresas pagan una escala de aportes que se empina a una tasa marginal que supera el 40% cuando el precio de la tonelada supera los US$ 10 mil.
¿Qué cambió de un año a otro? Los precios a los que vende Albemarle mejoraron.Lo explica así Corfo, consultada por esta diferencia, a Pulso. "Durante el primer trimestre del 2023, el pago de comisiones de Albemarle aumentó 6 veces respecto del mismo período del año 2022. Dicho aumento se explica principalmente por un aumento significativo en sus precios promedios de venta en el período, a diferencia de sus precios promedios en el período anterior".
Lo mismo respondió la estadounidense: "Albemarle ha desarrollado alianzas estratégicas de largo plazo con las principales empresas de la cadena de suministro de vehículos eléctricos. Nos hemos movido de manera exitosa desde precios fijos a la fijación de precios basados en índices, por lo que, tal como anunciamos el año pasado, nuestros precios aumentaron de manera importante, generando mayores ingresos al país".
Así, lo que el año pasado era un problema, ahora es un atributo: para Albemarle comenzaron a vencer contratos a valores estáticos y ha ido renovándolos a precios variables. Lo admitía la compañía en diciembre pasado: "Nuestros precios están aumentando sustancialmente, pero con un retraso en comparación con el mercado spot", declaró entonces Ignacio Mehech, VP de asuntos corporativos y country manager de Albemarle.
"Este precio depende de la forma en que cada empresa comercializa sus productos: Gran parte de los volúmenes de SQM son ventas spot mientras que los de Albemarle son por contratos", explica Corfo. Pero aquello también está cambiando. Y SQM está llevando a contratos de largo plazo, pero a precios de mercado, su producción. Los fabricantes de baterías y autos eléctricos quieren asegurar un suministro esencial para el futuro. Y SQM y Albemarle están en plena carrera.