19 de septiembre de 2025
Para Ignacio Toro, el gerente ambiental de Albemarle en Chile, la vista desde la casa donde creció lo decía todo: las montañas a un lado, el horizonte de Santiago al otro. Esto forjó una convicción que todavía lo guía hoy: que la naturaleza y el desarrollo no están en conflicto, sino que pueden crecer juntos.
“Nunca vi la naturaleza y el desarrollo como opuestos”, dice Toro. “Desde el principio creí que podían —y debían— coexistir.”
Esa mentalidad ha guiado una carrera que abarca la academia, las organizaciones sin fines de lucro, el gobierno y ahora la industria global. En cada uno de sus roles, la misión de Toro fue clara: construir proyectos sostenibles que generen valor para las personas, las comunidades y el planeta.
Cuando fue director ejecutivo del Servicio de Evaluación Ambiental de Chile, Toro ayudó a establecer el marco de consulta indígena del país dentro de la regulación de evaluación de impacto ambiental, que todavía se utiliza en la actualidad. Involucró al presidente, a ministros, a líderes indígenas y a expertos internacionales, ayudando a unir sus diversas perspectivas. La habilidad de Toro para escuchar con atención, anticipar puntos de fricción y liderar con empatía resolvió conflictos de larga data y permitió el desarrollo con menos barreras y una mayor confianza.
En Albemarle, Toro aplica su mentalidad colaborativa a uno de los esfuerzos más ambiciosos de la empresa: un proyecto de litio de próxima generación en el Salar de Atacama en Chile, el salar más grande del país. La empresa está probando la tecnología de extracción directa de litio (DLE), que extrae litio de la salmuera y luego puede devolver la salmuera gastada al Salar, al mismo tiempo que aumenta el rendimiento de la producción de una manera flexible y escalable.